Esta nota tiene un costado bueno y otro malo. El primero es que el fantástico plano urbanístico para Bahía Blanca que en 1909 el arquitecto francés Louis Faure Dujarric presentó en el municipio está a salvo, no se extravió y se mantiene a resguardo en el Museo Histórico. El otro es que, para su preservación, está “escondido” detrás de una gran biblioteca, vedado a la vista, con un marco provisorio y esperando que, algún día, haya presupuesto para su reparación.
“Lo recibimos hace algunos años en estado calamitoso, roto y sin su marco de madera original, que era una obra de arte en sí misma”, comentó la directora del Museo, Ana Luisa Dozo, acerca de la ubicación de este trabajo que durante muchos años estuvo en una de las paredes del Instituto Cultural, en la planta alta del ex Banco de la Provincia.
La obra está realizada sobre tela y muestra en grandes dimensiones la idea del arquitecto Dujarric de cómo debería crecer la ciudad, a partir de un diseño casi utópico, inspirado en las grandes intervenciones urbanas verificadas en París a mediados del siglo XIX, basado en el diseño y la continuidad de varios parques y con una serie de grandes avenidas-bulevares circulares.
Así como el plano de Dujarric sigue en la ciudad un siglo después de haberse realizado, no han corrido igual suerte dos obras emblemáticas de 1928, que eran parte del primer centenario de la fundación.
Se trata del retrato del coronel Ramón Bernabé Estomba, obra de Juan Founrouge --años después se descubrió que el retratado no sería el fundador de la ciudad-- y del fantástico Panorama de Bahía Blanca pintado por Augusto Ferrari con imágenes de los primeros años del fuerte. Ambos permanecen perdidos.
FUENTE: ( http://www.lanueva.com)
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