Casi 30 años después de la desaparición del Palihue Chico, la villa más céntrica que supo tener la ciudad, una plaza-parque se materializa entre las calles Alsina, Belgrano, 3 de Febrero, avenida Napostá y las vías del ferrocarril.
El nuevo paseo público, que abarca unas dos hectáreas, permitirá superar el abandono en que está sumido el lugar, pese a su privilegiada ubicación, y será inaugurado oficialmente el sábado venidero con el nombre de Vicente Boronat, en homenaje a uno de los destacados fomentistas del barrio Bella Vista.
Según anunció Rubén Valerio, secretario municipal de Obras y Servicios Públicos, el proyecto fue armado por personal de Planeamiento Urbano y profesionales de la Universidad Tecnológica Nacional (Facultad Regional Bahía Blanca). Contempla la instalación de un anfiteatro, escalinatas, iluminación y un sistema de seguridad para los usuarios del paseo, en proximidades de las vías ferroviarias.
"Desde la delegación Centro, a la que pertenece este sector, se trabaja en el mantenimiento de especies forestales y arbustos donados por vecinos y comprados por la comuna.
"Este año --agregó-- la delegación realizó más de 500 metros de bicisendas y sendaspeatonales, se colocaron 22 bancos con bloques de granito, removidos de otros sectores, y se terminó un monolito en homenaje a 'Los Pioneros', también mediante el empleo de adoquines".
Siguiendo el mismo estilo ornamental, mediante mampostería con revoque grueso y plataforma con incrustaciones de adoquines, se completa un mural que será revestido por alumnos del post-título de la Escuela de Artes Visuales.
"La iluminación fue proyectada por el departamento de Electricidad y compendió la instalación de cinco columnas de acero de 15 metros de altura libre, con cuatro proyectores con lámparas de mercurio halogenado", dijo Valerio. El encendido y apagado es automático, mediante fotocélulas.
Un lugar con historia.
A escasas 10 cuadras de la plaza Rivadavia, el amplio baldío parecía condenado, como tantas otras tierras ociosas, a permanecer en el olvido. Allí, donde hoy reina el entubado del Napostá y comienza a tomar forma el parque Vicente Boronat, algunas décadas atrás nació, creció y murió la villa 17 de Agosto, arena de no pocas tragedias, más conocida irónicamente como el Palihue Chico.
El asentamiento irregular comenzó a materializarse en la década del '40 y poco después llegaría a albergar más de 200 familias, muchas de ellas de origen chileno.
El Palihue Chico resultó un emblema de la pobreza bahiense, una molesta espina que, a la vista de todos, iba a contramano de una ciudad decidida a mostrar su pujanza en las postrimerías del sesquicentenario.
Y el final no tardó en llegar, sobre todo cuando el entubado del Napostá, hacia 1980, hizo que la suerte del Palihue Chico estuviese echada.
En 1981, el entonces gobernador bonaerense Oscar Gallino aportó unos dos millones de dólares de la época para concretar la erradicación. Sus pobladores fueron trasladados a terrenos municipales de Villa Harding Green, donde, mediante un sistema de autoconstrucción a cargo de los propios habitantes, se levantaron las nuevas casas.
La villa fue mudada en 1982 y los terrenos junto al arroyo, tras varios años de indecisión, fueron adquiridos por la comuna el 26 de septiembre de 1999, en una subasta pública, con el objeto de convertirlos en un nuevo espacio verde.
Las obras debían comenzar al año siguiente, pero casi una década transcurrió sin que se concretara mejora alguna. Hoy la situación dio un giró de 180 grados y poderosos reflectores en poco tiempo más darán el golpe de gracia a la peligrosa oscuridad de la noche, allí donde 30 años antes la inseguridad convivía con ollas flacas, inundaciones y existencias sufridas.
FUENTE : (http://www.lanueva.com/)
